jueves, 18 de septiembre de 2008

Edouard Levé (Neully sur Seine, Francia, 1965 – París, Francia, 2007)


En este artículo me voy a centrar en la faceta fotográfica de este francés, que se caracterizó por una personalidad culturalmente polifacética, y que con 42 años tomaría la trágica decisión de poner fin a su vida, concretamente tres días después de entregar a su editor, Paul Laurens, el original de un libro al que había titulado Suicidio, en el que recordaba a un amigo suyo muerto hacía 15 años.

En su faceta artística se mezclan la literatura, la pintura y la fotografía, fundamentalmente, aunque será ésta ultima la que está siendo objeto de una mayor atención, varias exposiciones mediante, de crítica y de público. Una obra fotográfica en la que refleja la angustia genérica del ser humano, esa que no tiene un único rostro, sino que es capaz de tomar cualquier apariencia; una angustia que tiene que ver con la reducción a la que somete la sociedad consumista al individuo, y que termina por convertirle en otro objeto de consumo más.


En el mundo estamos rodeados de estereotipos que nos hacen perder de vista lo que somos, lo que da forma a nuestra esencia humana, y nos retrata como mera apariencia, como unos objetos más rodeados de una angustia que no se hace presente, pero que notamos como nos respira en el cogote. Buscó y encontró un pueblo en Francia que precisamente lleva ese nombre, Angoisse (Angustia), donde hizo una serie de fotografías, tanto nocturnas como diurnas, que transmiten con enorme precisión ese particular estado del alma.

Además de melancólico, Levé también es un artista con grandes dosis de ironía, enigmático en alto grado, y también con un contenido utópico. La primera de sus series fotográficas, la dedicó a hacer instantáneas de personas que tenían el mismo nombre que personajes famosos: Eugène Delacroix, André Breton, Fernand Léger, Yves Klein y otros. Una clara muestra de su gusto por los juegos de palabras, lo que le llevó a hacer 10.000 kilómetros por los Estados Unidos, para hacer fotos de ciudades homónimas de otras: Florencia, Estocolmo, Berlín, Jericó…


Levé es un fotógrafo amante de la fantasía, amigo de dar a algunas de sus series fotográficas un contenido próximo a lo surreal, no en vano su estudio contenía un abigarrado conjunto de objetos presidido por una cabeza de ciervo con unas orejas de color rosa fucsia, mientras en una esquina se podía ver un maniquí con el que estaba trabajando para conseguir una imagen de un ahorcado. A pesar de todo, sus composiciones siempre tienen un gran sentido clásico.

A este fotógrafo le gustaba sacar las cosas de su contexto para enmarcarlas en otro que termina por modificar la esencia primera de aquello que retrata. Eso ocurre, por ejemplo, en su serie Pornographie, en la que hace adoptar a sus modelos posturas pornográficas propias de actores del género, con la salvedad de que sus modelos están totalmente vestidos lo que cambiar radicalmente la lectura que hacemos de esas imágenes, convertidas ahora en algo chocante, irónico, y en las que el sexo se ha convertido en algo puramente escenográfico y en las que, paradójicamente, el propio objeto de la imagen, el sexo, ha desaparecido.

Algo similar ocurre en Rugby, la serie que dedica a este deporte, en la que otra vez sus modelos posan con ropas de calle, mientras chocan para formar una melé o escapan corriendo a un placaje. Una vez más nada es lo que parece.

6 comentarios:

Revista Calma ¡Participa! dijo...

Ojala no tuvieramos que trabajar, aunque no creo que la mayoria de la gente se dedicara a la cultura y el arte.

Jesús

CASANDRA dijo...

Este hombre sí que supo darle contenido a la frase "sentido trágido de la vida". Conmovedor su desenlace inmediato a presentar su libro para su publicación...en fin, me impactó. Angustia.... sí que algo conocemos de ella en esta sociedad de consumo, puede que un sábado de tarde gris, sea un buen comienzo para ese estado de ánimo. Venir por aquí, me agrada y reconforta y creo, a propósito de lo comentado por Jesus, que muchos si no tuvieramos que trabajar, claro que sí nos dedicaríamos a la cultura y el arte, aquí ya veo por lo menos tres, jjaajaja... Muchos cariños.

Laura dijo...

Es impactante su flash fotográfico...Sin palabras me deja, sin argumentos que añadir a la tarde otoñal que me acompaña y relaja.

Besos.

Alfredo dijo...

JESÚS: Eso, me temo, que nunca lo vamos a saber.

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CASANDRA: El otoño nos introduce en un estado de melancolía, apoyado en algunos días grises de esos que llegan a pesar en el alma. Este es mi oasis particular y estoy encantado de poder compartirlo con el grupo de gente que os pasáis por aquí.

Besos!!

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BONSAIMUSIC: Comparto contigo la sensación de impacto cuando veo la obra de este fotógrafo.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

La muerte de su amigo debió dejarlo muy tocado :-( para tomar esa determinación, siempre me pregunto qué les lleva a ello, supongo que debe ser un momento negro en la vida al que no le ven salida, jolines, todo se arregla menos eso, "aisssss".
De su estilo, psssss, soy muy clásica, mis fotográfos favoritos van en otra onda, no coincidimos, cachissss...

Saludinos insomnes.

Alfredo dijo...

FUGA: No soy un especialista en estos asuntos, pero debe de ser muy complicado saber qué es lo que le pasa a una persona por la cabeza cuando decide quitarse la vida, y el proceso que les lleva a ello tiene que ser largo y complejo.

En fin, es una lástima que no coincidamos en este artista, pero seguro que en otros muchos si lo hacemos.

Besinos!!