martes, 3 de enero de 2012

The visitor, la música de la vida


El director Thomas McCarthy nos deja en esta película del año 2008, una pequeña historia reducida a lo esencial, a cuatro personas que están buscando su lugar en el mundo, en un Nueva York post 11-S en el que las Torres Gemelas ya no son más que un doloroso recuerdo, tan doloroso como el que lleva el protagonista Walter Vale (Richard Jenkins, nominado al Oscar por su interpretación).

Un profesor universitario de vida gris, triste, monótona que intenta dominar la técnica necesaria para tocar el piano. A disgusto tendrá que viajar hasta Nueva York donde conocerá a una pareja de inmigrantes ilegales formada por Tarek (Haaz Sleiman), un músico de origen sirio palestino, y Zainab (Danai Gurira), senegalesa que se gana la vida vendiendo en los mercadillos las pulseras que hace ella misma.

El contacto empezará a provocar cambios significativos en la vida de Walter, todo de un modo sutil, a su debido ritmo, sin sobresaltos, de una forma pequeña y grande el mismo tiempo. Tarek enseñará a Walter a descubrir el ritmo de la vida, esa percusión que se lleva más en el corazón que en la cabeza, que está ahí, en nuestro interior, y que solo tenemos que atrevernos a dejarlo salir para sentirse parte de un nuevo universo poblado por otras personas con los mismos sueños, y anhelos.


Porque la música es libertad, un lugar en el que estar y compartir en un mundo que no parece estar hecho para ello, agobiados como estamos por rutinas alienantes que hacen que nos olvidemos de lo que importa de verdad.


El drama de la inmigración ilegal es el telón de fondo de un drama sobre el que no se cargan las tintas sino que se busca más dar cabida a la parte de los sentimientos, siempre contenidos, alejado de esos histrionismos, de los sentimientos impostados y mentirosos.


Aquí todo respira autenticidad, verdad por los cuatro costados, gracias a las magníficas interpretaciones de todos los actores, con pequeños gestos, con palabras medidas que lo dicen todo diciendo muy poco, demostrando la verdad de esa frase que afirma que si no eres capaz de entender una mirada, difícilmente vas a poder entender una larga explicación.


La entrada en escena de Mouna (Hiam Abbass), madre de Tarek preocupada por no tener noticias de su hijo, será un nuevo hito en la evolución personal de un Walter al que la música ha empezado a transformar hasta hacerle asomar fuera de su coraza de existencia cadenciosa.


El final de la película nos regala una escena llena de emotividad, de rabia desbordada al ritmo frenético de un djembé transformado ya en un vehículo para servir como altavoz de una rabia largo tiempo contenida.

6 comentarios:

PACO HIDALGO dijo...

Es del tipo de películas intimistas que me gustnn, y no la he visto; apuntada queda. Que los Reyes te sean propicios. Saludos.

Alfredo dijo...

Una película pequeña que habla de esas pequeñas cosas de la vida y como un encuentro casual puede llegar a tener una gran importancia.

Un abrazo!!

casss dijo...

Mi querido amigo Alfredo. Recuerdo habertela recomendado hace ya tiempo: qué satisfacción poder decirte eso, jaja

ES SIMPLEMENTE UNA PELICULA EXQUISITA. La música y la actuación de este actor, que ha estado en tantas películas y descubrí satisfactoriamente en esta, porque pasó su vida, al menos para mí, tan desapercibido como la del personaje que interpreta.
En fin... que voy a volver a verla, (y a dejarme llevar por su música y sobre todo por la percusión) porque es toda una joyita!!!

BESOS DE REYES MAGOS, deseandote lo mejor.

balamgo dijo...

Excelente recomendación para pasar una buena tarde.
Abrazos y felices reyes.

Alfredo dijo...

CAS: Recuerdas perfectamente y te agradezco mucho la recomendación como puedes ver :). A mí me pasa lo mismo que a ti con el actor principal, y esta ha sido la primera vez que ha llamado mi atención y de una forma muy poderosa.

Un abrazo!!

******

BALAMGO: Para una tarde como la de hoy o un día de esos que no te apetece hacer otra cosa, esta película es perfecta y además te deja una historia y unas actuaciones estupendas.

Un saludo!!!

Kante Luis dijo...
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