lunes, 16 de septiembre de 2013

Ilya y Emilia Kabakov: Con Rusia en el recuerdo


At the University, 1972.

Crecidos en plena era soviética, esta pareja de artistas se han convertido en los creadores rusos de mayor reconocimiento en occidente, en el caso de Ilya desde su primera salida más allá del telón de acero ya en la segunda mitad de los años 80, mientras que Emilia (Dnepropetrovsk, Ucrania, 1945), con una sólida formación musical y en filología hispánica, en los 70 salió en dirección a Israel y desde ahí saltaría a los Estados Unidos, e iniciar carrera como comisaria de arte y marchante, para luego trabajar con su marido desde 1988.

Wings.

Ilya (Dnepropetrovsk, Ucrania, 1933), empezó su carrera artística como ilustrador de libros infantiles, trabajo oficial detrás del cual escondía su trabajo más personal obligado a la clandestinidad al no coincidir con la pautas oficiales marcadas por el estado soviético para los artistas. Eso no impidió que Kabakov fuera aceptado en la Unión de Artistas Soviéticos lo que le aseguraba disfrutar de una serie de privilegios importantes.

Hand, 2009.

En los años 60 Kabakov y otros artistas considerados como disidentes, formaron lo que se conoció como el Grupo del Sretensky Boulevard, en el que se reunieron un grupo de artistas que se movían en el resbaladizo terreno del arte no oficial, tan resbaladizo que fueron muchos los artistas que terminaron en campos siberianos por no seguir los dictados del régimen.

Holidays nº 10, 1987.

En esa clandestinidad, Kabakov fue desarrollando sus propias ideas artísticas enraizadas en principio en el conceptualismo y lo que él mismo llamó “pinturas absurdas”, algunas de las cuales fueron publicadas en una revista checa en 1969.

Missing Threads, 1980.

Resumiendo mucho la trayectoria artística de Kabakov, diremos que sus obras toman como base elementos de la vida cotidiana vinculados en muchos casos, con la realidad soviética que vivió durante una gran parte de su vida, sobre los que tanto él como su esposa, dejan caer una fina lluvia de humor dando una nueva lectura a aquellos cuadros espantosos (para mí) del realismo socialista.

Ghosts in the Morning, 1918-1998.

Las obras firmadas por el matrimonio “hablan de las condiciones que se vivían en la Rusia post estalinista, pero también de una condición humana que es universal”, tal y como se puede leer en la web oficial de estos artistas. De hecho los temas que tocan tienen que ver con la utopía, la fantasía y los miedos y los anhelos que todos tenemos.

The Man Who Flew Into Space From His Apartment, 1985.

“La evasión era una idea central en la Rusia soviética, pero todavía sirve actualmente para cualquier ismo. Nosotros seguimos formulándonos la misma pregunta: ¿cómo ser mejores personas y, con ello, hacer de este un mundo mejor?”, porque “después de todo, no dejamos de ser personas culturalmente trasplantadas que luchamos por no perder nuestras raíces. Por eso, intentamos hacer que nuestra cultura sea internacionalmente conocida, que se entienda. Rusia es un sumidero, pero no deja de ser nuestro sumidero”.

Más información: Web oficial, Wikipedia, Ivorypress, Rusia Hoy.

Nota el pie: Ya solo faltan cinco.

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